Stamen Grigorov, microbiólogo búlgaro, descubrió en 1905 la base científica de la producción del yogur, que se genera de forma natural al cuajarse la leche de oveja o, más común en nuestros días, la de vaca. A los 27 años Grigorov, siendo asistente de la Cátedra de Bacteriología de la Universidad de Ginebra (Suiza), descubrió que una bacteria provoca la fermentación de la leche y con ello las beneficiosas cualidades del producto, que en Bulgaria se conoce como 'kiselo mlyako' ('leche agria').
Dicha bacteria hoy es denominada "Lactobacillus bulgaricus", se encuentra en las hierbas que las ovejas pastan en territorio búlgaro, según expertos, gracias a las condiciones climáticas favorables de ese país.
El proceso de fermentación de la "Lactobacillus bulgaricus" da origen al yogur búlgaro, el cual es recomendado como alimento útil para perder peso, con efectos favorables para diabéticos y como reductor de los daños ocasionados por tratamientos de quimioterapia. Esta y otras cualidades benéficas para la salud son las que hacen de este producto una bebida superior al yogur tradicional, el cual sólo contiene aditivos, conservantes y endulzantes que se alejan de un producto con propiedades curativas, como lo es el yogur búlgaro.
Hoy en día los especialistas en dietas han recomendado el yogur como alimento que ayuda a perder peso, ya que la acción de estas bacterias desencadena un proceso microbiano por el cual la lactosa (el azúcar de la leche) se transforma en ácido láctico. A medida que el ácido se acumula, la estructura de las proteínas de la leche va modificándose (van cuajando), y lo mismo ocurre con la textura del producto. Es decir que entre más espeso sea el yogur, más concentración de proteínas hay.
Hay investigaciones
que coinciden con efectos beneficiosos también para el estado de ánimo de las
personas. Así lo muestra un estudio que analiza el efecto de una intervención
con probióticos sobre la reactividad cognitiva (marcador de vulnerabilidad importante
de la depresión) en individuos sanos con puntuaciones leves de trastorno del
estado de ánimo, evaluado con el Inventario de Beck de ansiedad y depresión.
Encontrando que después de 4
semanas de intervención con especies múltiples de probióticos, según un
auto-reporte del estado de ánimo, éstos redujeron la reactividad
cognitiva reflejando disminución en las subescalas
de agresión, lo que indica que la
intervención con probióticos puede influir en los mecanismos cognitivos que son
conocidos para determinar la vulnerabilidad a los trastornos del estado de
ánimo.
Es importante tener en cuenta que existen variedad de aditivos diferentes a las microbacterias que pueden espesar la leche, por lo que es recomendable observar cuidadosamente las tablas nutricionales para no caer en la trampa mercantil.
Esta es la entrada de hoy. Con este producto pueden hacer variedad de postres, salsas y recetas con baja concentración de calorías y gran aporte proteico. Gracias por leerme y por dejar sus comentarios.
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